Estética y funcionalidad se unen en la grifería empotrada para concebir un producto perfecto. Además, cambiar los grifos no requiere una gran obra y transforma por completo el espacio.
Cuando proyectamos reformas de cocinas en Palma, o de baños, la grifería es uno de los cambios clave. Su instalación es sencilla y el resultado siempre es un éxito.
¿Por qué elegir grifería empotrada?
Su estética minimalista las convierte en un elemento de diseño por sí mismo que puede vestir todo un baño o una cocina. Además, su limpieza es mucho más sencilla que la de la grifería tradicional.
En el caso de espacios pequeños, resulta muy adecuada. No es muy voluminosa y, al integrarse en la pared, tiene menor carga visual.
Este tipo de grifería nos gusta mucho porque otorga multitud de posibilidades tanto estéticas como funcionales.
¿Quieres saber dónde reside su éxito? Sigue leyendo.
Motivos por los que elegir este tipo de grifos
- Son fáciles de instalar: el mecanismo de esta grifería va escondido en la pared, lo único que queda a la vista son el caño y los mandos. Esto puede parecer complicado pero no lo es, ya que el grifo se une a la tubería de manera convencional. El único inconveniente es que hay que cambiar el revestimiento, pero es perfecto en caso de reforma o nueva instalación.
- Sus diseños son muy actuales: tanto para potenciar espacios minimalistas como para aligerar espacios muy recargados, la grifería empotrada es ideal. Realmente están inspiradas en lo antiguo, en las fuentes clásicas en las que el agua emergía de un caño en la pared. Son por lo tanto la mezcla perfecta entre lo vanguardista y lo vintage.
- Su limpieza es sencilla: con ellas eliminamos los recovecos tras el grifo y las zonas de difícil acceso. Entre el grifo y la pared se acumula mucha suciedad que gracias a este tipo de grifería, desaparece.
- Sirven para todo tipo de lavabos y fregaderos: esto significa que también es más fácil elegir ambos elementos. Cuando la encimera es estrecha y con poco fondo, es muy difícil combinarlos. Gracias a la grifería mural, el problema desaparece, pudiendo instalar lavabos y fregaderos del tamaño que desees.
- Dan mayor sensación de amplitud: lógicamente, al no ocupar sitio en la encimera, obtenemos más espacio libre. Esta ventaja es especialmente beneficiosa en el caso de baños pequeños. Además, la longitud del caño puede adaptarse a la medida del lavabo o del fregadero.
- Repararlos es fácil: el mantenimiento en caso de avería no es complicado, pues se trata de grifos modernos que pueden repararse sin romper el revestimiento. Basta con desmontar el caño para acceder al mecanismo interior de la grifería.
Una recomendación que nos parece importante a la hora de optar por grifería empotrada es medir bien altura y longitud del caño:
- Altura: el grifo debe estar a entre 15 y 20 cm desde el lavabo para tener espacio de uso suficiente. Ten en cuenta que cuanto más alto se coloque, mayor riesgo de salpicaduras habrá.
- Longitud del caño: el agua tiene que caer un poco más atrás del centro del lavabo o en el centro como máximo.
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